sábado, 17 de septiembre de 2011

-Cabelleras como Trofeos-


De poder escoger una profesión que no requiriese esfuerzo, mi elección recaería en docente de enseñanza media. Ser docente de enseñanza media es una profesión que tiene todas las ventajas de un trabajo y ninguno de sus inconvenientes. Es como parecerse a los jóvenes universitarios enamorados que viven en la misma residencia pero ocupando habitaciones separadas. Poseen las ventajas de una pareja y ninguno de sus inconvenientes.

En el caso que nos ocupa, el trabajo no mata, ni mucho menos produce cansancio físico ni intelectual. El temario es el mismo de curso a curso, nada nuevo hay que preparar. Las horas de permanencia en el centro, ni por asomo alcanzan las horas laborales de otras profesiones en sus lugares de trabajo. El docente de enseñanza media nadie tiene por encima de él, lo que lo convierte no solamente en autoridad sino en un microdiós. ¿Quién se atreve a cuestionar la autoridad o la capacidad de un docente? Sus propios compañeros jamás, su espíritu corporativo está mas cohesionado que el de la benemérita. Los inspectores estatales ante posibles cuestionamientos, se encuentran totalmente impotentes. Porque el docente de enseñanza media es un funcionario y un funcionario en un sociedad burrocratizada, es intocable. Los jóvenes alumnos nada podrían cuestionar, una por su juventud, otra por el hecho de ser alumnos. Porque al ser autoridad y máximo depredador, manda, ordena, reprime, informa, califica, descalifica, suspende o aprueba a quien su implícita autoridad decida.

Es cierto que una autoridad docente universitaria destina menos horas en su lugar de trabajo, pero a pesar de su autoridad,sus conocimientos sobre la materia pueden ser cuestionados por un hipotético alumno lumbrera. No es que esto ocurra, pero siempre cabe esta ilusoria posibilidad. En la enseñanza media esto último es imposible. La simple amenaza de rebajar la clasificación final, obra milagros, con esta amenaza se le espeta a bocajarro, puedo limitar tu elección universitaria, soy dueño de tu futuro.

Que tienen horas de tutorías, las tienen, es cierto, pero no las ejercen como tal, y quien lo contrario diga miente más que un político. A los demás trabajos les pertenecen un mes de vacaciones anuales, las autoridades docentes de enseñanza media tienen para recuperarse de su agotadora actividad, las mismas vacaciones que los estudiantes.

Miren ustedes, si la autoridad mencionada, necesita tanto tiempo para recuperarse por impartir una disciplina a jóvenes muchachos ¿Cuánto tiempo de recuperación necesitarían los jóvenes discentes que tienen que asistir a clase y examinarse de diez asignaturas?.

La autoridad docente tiene a orgullosa gala el impartir bien sus clases y que sus alumnos aprendan en ella -argumentará algún interesado ingenuo, que a buen seguro, no es alumno, o se olvidó de cuando lo había sido-, le responderé que lo único que tiene a orgullosa gala, es mostrar el mayor número de alumnos suspensos, es como si entre ellos compitiesen para saber quien es el más despiadado, mostrando sin recato el número de suspensos y enarbolando victoriosamente las jóvenes cabelleras como trofeos.

De poder escoger una profesión que no requiriese esfuerzo, mi elección recaería en docente de enseñanza media.

Exceptuando la de portero de fútbol, a condición que fuese portero suplente.

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