lunes, 14 de mayo de 2012

-La capacidad de asombrarse-


Hay cosas que todavía asombran. No lo hacen ya los políticos que prometen todo aquello que el electorado desea oír, como tampoco lo hacen cuando no cumplen nada de lo prometido una vez elegidos, como tampoco lo hacen ya, cuando en el acto de toma de posesión del cargo, juran seriamente por su honor, ante dios, ante la virgen, ante el espíritu santo, ante el rey y ante políticos como él y que como él han prometido al electorado lo que no habrán de cumplir.

Estas cosas ya no asombran por lo cotidiano de la costumbre. Pero hay cosas que a pesar de la cotidiana rutina, asombran cuando uno se da cuenta de ellas.

El idioma español se compone de sintaxis, fonética, prosodia… En las clases impartidas en los colegios de esa disciplina a los muchachos, se les enseña, examina y evalúa para que conozcan la estructura gramatical del idioma con el que se comunican.

Curso tras curso, reciben esta enseñanza, incluso en la infancia se les corrigen las onomatopeyas, no es un guau-guau, es un perro, no es un miau-miau, es un gato. El idioma es martilleante amenaza en la cabeza de los alumnos.

Lo asombroso de todo esto, es que después de tanto purismo académico-idiomático, y después de tanta exigencia del profesorado, con suspensos incluidos, estos mismos muchachos escuchan en los programas de radio y televisión, a locutores, presentadores, periodistas y demás farándula comunicativa, hablando en idioma dialectal, que en nada se ajusta a lo estudiado y memorizado en los colegios. Asombra también como los políticos hablan igualmente de esa ignorante manera, confundiendo el sonido linguointerdental de la -c, z-, con el sonido linguoalveolar de la -s-.

Hay cosas que todavía asombran cuando no se ha perdido la capacidad de asombrarse.

lunes, 7 de mayo de 2012

-El final de la crisis-


El fin de la crisis económica mundial no es otro, que hacerse un reducido grupo de familias, con el control de las empresas emergentes, con nuevas tecnologías y sus nuevos mercados. Este control únicamente podrá realizarse cuando los recursos naturales, como los hidrocarburos, gas natural, agua y ciertas extracciones mineras, estén totalmente bajo su previo control.

Si este es el fin de la crisis, su final está muy cerca, los hidrocarburos de Mexico, Irak, Yemen, Egipto y Libia, han sido controlados, los de Siria, Irán y Venezuela están a punto de serlo. Y es que en estos países que no son democráticos, no deben tener hidrocarburos bajo su control, además todos ellos juntos y por separado también, son un hormiguero de peligrosos terroristas que ponen en peligro la paz mundial. Dios cuando hizo al mundo tuvo un fallo garrafal, seguramente estaba pensando en las quimbambas, porque a quien se le ocurre poner en el subsuelo de países terroristas, tan valiosos y ahora escasos recursos naturales.

Una vez realizados estos dos controles, el final de la crisis será anunciado a bombo, platillo y trompetas militares con el himno yanqui de melodía.

 “Una vez más, la paz mundial y la seguridad democrática de nuestra paz se encuentra a salvo”.

A propósito, PAZ en el idioma inglés, y americano también, se pronuncia PIS, lo que viene a ser lo mismo.

 “Una vez más el PIS mundial y la seguridad democrática de nuestro PIS se encuentra a salvo”.

Entonces y sólo entonces todo volverá a ser como antes era, es decir, todos felices sin olfato en las narices.

Ciertos países volverán a ser consumidores de los productos manufacturados de la industria extranjera, obligados a permanecer en la cuerda floja y bajo la constante amenaza de la inflación económica. ¿Qué ofrecerán estos países? Ofrecerán lo que todo territorio sometido intencionadamente a la dependencia económica puede ofrecer, exotismo, vacaciones veraniegas, por su buen clima, por sus playas, campos de golf, pintorescos pueblos donde no hay metro y puede comerse pan horneado a leña y por supuesto, ruinas arqueológicas y rutas por el campo guiadas.

Hemos visto abundantes turistas extranjeros en estos territorios, pero no hemos conocido a ciudadanos de estos exóticos territorios de turistas en países extranjeros.

Hemos conocido abundantes ciudadanos de estos territorios exportados como mano de obra, demográficamente llamada emigración, pero no hemos conocido a ningún inglés, alemán, francés, sueco, noruego ni holandés, emigrado y trabajador en estos exóticos territorios.

Hablamos de Turquía, Grecia, Italia, Portugal y España.

Si este es el fin de la crisis, su final está muy cerca.