sábado, 17 de julio de 2010

-Los Banderitas-


Con frecuencia me alejo unos días a algún lugar aislado y permanecer allí en soledad, es decir a solas conmigo mismo. Con esto, logro recuperar la perdida conciencia de mi ser.

Al llegar a mi ciudad y por el camino también, veo banderas colgadas en las ventanas y balcones. Mi primer pensamiento me sugiere que nuevos cuartelillos de la guardia civil, se han creado en mi ausencia.

La crisis económica, sigo pensando, es la causante de que se hayan echado a los caminos gavillas de asaltadores, bandas de maleantes, rufianes y obreros despedidos, que ante la necesidad se vean obligados con incívico comportamiento a infringir las leyes.

Me doy cuenta, que eso no puede suceder en tan corto período de tiempo. Esto no puede obedecer a otra cosa que a una escalada de atentados terroristas, utilizando el estado la innovadora estrategia de instalar en cada edificio, un cuartelillo de la benemérita o una mini comisaría policial.

Lo absurdo de mi pensamiento se hace manifiesto porque hay banderas incluso en varios pisos del mismo edificio.

La causa tiene que ser otra que las gavillas de asaltadores, bandas de emigrantes del este o del oeste, del norte o del sur. Tampoco puede ser el causante, un atentado terrorista aislado en el espacio y en el tiempo, nada de esto justificaría semejante actitud gubernamental. Podría, sí, justificarla, una sublevación popular, que harta y consciente se echase a la calle deseosa de tomar las riendas de sus vidas. Pero a todas luces nada de eso ha sucedido.

Finalmente descubro que la selección de futbol juega los mundiales en Sudáfrica, y está bien situada, con posibilidad de hacerse con el triunfo.

Los que antes eran partidarios de equipos diferentes, dejaron aparte sus rivalidades y se identificaron en un solo equipo, la selección de futbol de España. Decir que juega la selección de futbol, es decir que juega España. España se ha convertido en un inmenso equipo de futbol compuesto por todos las clases sociales, pudientes y no pudientes, vagos y trabajadores, gordos y delgados, cerveceros y abstemios, niños, ancianos, enfermos, sanos, tullidos y mujeres también, todos, aunque la mayoría no hayan hecho ejercicio alguno en su vida, juegan mentalmente al futbol, porque son España.

El espíritu de la unidad se congrega bajo los símbolos, el símbolo de la unidad de España es su bandera bicolor, tricolor también lo es la bandera de la república de España, pero la actual es una monarquía bobónica.

El espíritu nacional español despertó por fin de su letargo y se elevó a las ventanas, balcones y a los automóviles, dejando constancia de su españolidad. Debo indicar dos cosas, esta españolidad de banderitas es puramente simbólica, la otra es que este espíritu nacional fue despertado con el futbol, es decir a coces, llegando el auge del paroxismo con una sublime catarsis al hacerse con el título del mundial, y con el, héroes los jugadores de futbol. Sí, héroes nacionales, asómbrense, héroes nacionales, aquellos muchachos, que no estudiaban, que llevaban malas notas, que no lograban superar curso alguno, han conseguido la unidad del espíritu nacional, todos los españoles los apoyan y los admiran sin distinción de sexo o edad.

Quien mejor que ellos, que han logrado estas hazañas, para ocupar los puestos de ministros y su entrenador a la cabeza de ellos como presidente del gobierno. Vitoreando los banderitas a sus ídolos y animándolos a que coceen la crisis, y levanten en un santiamén la anémica y comatosa economía española.

No crean que es descabellado lo que escribo, a veces la cabeza se tiene en los pies y a menudo los pies se tienen en la cabeza.

Con frecuencia me alejo unos días a algún lugar aislado y permanecer allí en soledad, es decir a solas conmigo mismo. Con esto, logro recuperar la perdida conciencia de mi ser.

No hay comentarios: