lunes, 20 de diciembre de 2010

-La Crisis ha Venido-


La crisis ha venido y nadie sabe como ha sido. 
Hace ya años que se venia telegrafiando una crisis económica general, pero nadie hacía caso de los numerosos telegramas recibidos. A la población le gustaba seguir tan a gustosamente a gusto y embobarse en la televisión con programas llenos de personajes, que lo más destacable de ellos es la vulgaridad.

Si esto hacían antes de la crisis, esto mismo y con más tesón hacen en la crisis misma.

Los gobernantes lo sabían, quiero suponer que así era, nada supieron hacer para su contención futura, excepto la de llenar sus cuentas bancarias y sus acciones liberadas, la pertenencia a consejos de administración y gerencia de empresas, o la de ocupar puestos de alcaldes de grandes ciudades, sin mencionar el sustancioso sueldo vitalicio. Que otra cosa podían haber hecho los pobres gobernantes, digo pobres en el sentido espiritual, que ponerse a buen cubierto ellos y sus familias.

Los votantes de partidos reaccionarios, nacionalistas, católicos, protestantes o religiosos en general, culpan de la crisis al gobierno, si el gobierno en funciones es socialista. Esto ocurre en todas las naciones europeas, y no europeas también. En Francia, esos señores podrían tener razón, pero en España, solamente la podrían tener en parte. En España hay un gobierno central, por tanto la culpa de la crisis la tiene el presidente del gobierno central, pero como hay gobiernos autonómicos, la culpa en las autonomías la tienen los presidentes de los gobiernos autonómicos, pero como hay ayuntamientos, en mi pueblo, la culpa de la crisis la tiene el alcalde.

Los votantes de partidos libero-capitalistas, me refiero a socialistas, comunistas y todos los demás minúsculos partidos que les gustarían ejercer el poder, culpan de la crisis a los empresarios. Esos señores podrían tener razón, pero solamente la tendrían en parte. Empresarios, lo que se dice empresarios, hay muy pocos en cada país.

Tanto es así, que la prueba se tiene en que estos señores a quienes culpamos se ven obligados a cerrar sus empresas. Si se refieren a los grandes empresarios, es decir a esas cincuenta familias de cada país que controlan el dinero del mundo, eso ya es otra manera de hablar y de decir.

Los lectores de prensa, muchos de ellos pertenecientes al funcionariado o integrantes de profesiones liberales, haciendo una complicada abstracción culpan a los brockers neoyorkinos.

Entiendo el efecto mariposa, pero no logro entender el efecto producido por la bolsa de Nueva York en que no logre vender los pisos el constructor de mi pueblo. Siempre he creído que los pisos o los inmuebles, no se vendían por lo abusivo de sus precios, o que no se podían comprar porque los emolumentos mensuales percibidos no alcanzaban a pagar el importe.

Los ideotizados, que son todos los anteriormente mencionados y los que no he mencionado también lo son, culpan en gran parte a la emigración extranjera de países con más crisis hacía países que pretendidamente tienen menos. Los ideotizados exigen que se les expulsen y los reenvíen a sus naciones de origen, olvidando los idiotizados que sus padres han sido emigrantes en países europeos y sudamericanos y que muchos de ellos se desplazan todos los años de temporeros a las vendimias y recolección de frutas a Francia, Alemania e Italia. También opinan así los ideotizados universitarios, olvidando que realizan estudios en países europeos, intentando lograr seguidamente si pueden, un trabajo en esos mismos países. Señores idiotizados, sean padres, madres, hijos o hijas, eso es ser emigrantes o inmigrantes, dependiendo del país desde donde se vea.

Buscando en la memoria tengo muy presente las páginas de “La crítica de la teoría económica” en tres gruesos e interesantes volúmenes escritos en el siglo XIX.

El autor, no se asusten ustedes, era un teórico, jamás fue un hombre de acción, se llamó Carlos Marx. Este filósofo era judío y de cuestiones económicas sabía un rato largo, explica muy bien como se producen, de donde vienen y a donde se dirigen las crisis capitalistas. Claro está, que primero hay que leer los tres volúmenes de “El Capital” que a pesar de los millones de parados existentes, con todo el tiempo por delante y por detrás, no los ha leído nadie.

Mientras tanto, los más elevados místicos y transcendentales de los idiotizados, seguirán practicando yoga, meditación Zen, Tai Chi o irán a remojar y embarrar sus andrógenos cuerpos, tanto ellos como ellas en centros de talasoterapia, balnearios u hoteles con spa.

La crisis ha venido y nadie sabe como ha sido. ¿O era la primavera?.

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