sábado, 13 de noviembre de 2010

-Las Gomas de Mascar-


Alemania es un gran país, o una gran nación, la verdad es que todos los patriotas dirán lo mismo de sus países o de su nación, aunque esta tenga un menguado territorio.

En España hay una nación grande, que es España, después hay naciones más pequeñas en su interior, pero que son tan grandes como ella, como nación y como país.

Los patriotas son como los pescadores deportivos, no cuentan más que mentiras, a no ser que digan como Tartarín de Tarascón, que él no mentía, sólo exageraba.

Un país o una nación, es un territorio al que los conflictos con los países vecinos, le han limitado su espacio con unos lindes que le llaman fronteras. Fronteras éstas, que a lo largo de la historia se encogían y estiraban como goma de mascar, siendo unas veces grandes, otras chicas, y otras explotando, quedando sus rotos pedazos incorporados a otra naciones que a su vez se hacían grandes.

Analizados históricamente definiría un país o una nación como una goma de mascar.

España aquella gran nación de inmensos territorios, en los cuales nunca se ocultaba el sol, se ha visto reducida a lo que ahora es, después de perder por la fuerza, el perfume de sus colonias, a una península compartida con otras tres grandes naciones, Portugal al oeste, Gibraltar inglés al sur y los yanquis en el interior, no en el interior de nuestros corazones, en ellos solamente tenemos sangre, sino en el interior del territorio, con bases militares y en el interior de nuestras mentes también, con films y series de televisión.

¿Y las grandes naciones sudamericanas y centroamericanas?.

Esos grandes países no cuentan más que como añoranzas del histórico pasado, como los recuerdos del viejo que vive recordando su juventud, sin plantearse lo estúpida que ha sido.

Las grandes gomas de mascar obedeciendo a una inexorable ley del péndulo acaban encogiéndose y surgiendo otras en su lugar. Alemania creció tanto, que reventó y se redujo a lo que hoy es, una gran nación.

Todas las gomas de mascar sean pequeñas o grandes, tienen un denominador común, cada una de ellas pertenecen de hecho y por derecho a cincuenta familias. Cuando una goma de mascar explota, sus propietarios emparentados con las cincuenta familias propietarias de los países vecinos, siguen explotando las vidas de todas las otras familias que no son propietarias de nada.

Después de lo escrito, el que tenga ojos que lea, y el que tenga cabecita que piense, que ésta está para algo más que para peinarla.

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