martes, 4 de mayo de 2010

-El Arte del Euro-


He conocido gentes que se dedicaban al arte, que elaboraban obras de arte, que luego exponían en galerías y las vendían. Unos vendían mucho, otros menos y los más nada o muy poco.

He conocido gentes que se dedicaban al arte.

Casi todos ellos, pregonaban a los cuatro vientos como si de gallitos de corral se tratase, “kikiriki”, “soy escultor”, “poeta”, “escritor” o cualquier otro ennoblecido “kikiriki”.


Toda la culpa la tiene el maldito dinero, ¡tengo que vivir! exclaman, ¡sin dinero no puedo hacerlo! Y se ponen a pintar, a escribir, a esculpir, a emborronar, escupir, manchar, rellenar y tocar la flauta, el birimbao y la badana.


Quevedo llamó DON DINERO al vil metal, elevándole así de categoría. Don Francisco vivía en el XVII. Pero hoy, en nuestro tiempo, don tal y don cual somos casi todos, y como casi todos, buscan el dinero como algo indispensable, habría que darle una categoría más elevada sobre todo en lo concerniente a lo espiritual. Yo, aunque sin ser poeta como lo era Quevedo, lo llamo y lo nombro, SAN DINERO.

Sólo tú eres Dios.
Solo tú eres Santo Rey y Señor
Por tu inmensa gloria
Te alabamos, te bendecimos.
Te glorificamos, te damos gracias,
¡Oh, Señor Rey Celestial del Universo!

Y por todo ello los artistas, pintureros, escultureros, escribidores, poemeros y templadores de gaitas, ponen todo su ahínco en fabricar cuadros, poemas, libros e interpretaciones musicales, con el fin de adquirir algo de Santidad, con el propósito de ser más Santos.

Reconocer a un Santo varón artista es facilísimo, su cara es el espejo del alma, su cara está ennoblecida, la Santidad le cae bien, le presta, sobre ellos, sobre su cabeza, está situada una aureola dorada. Sus ojos redondos, su boca redonda, sus carrillos redondeados.
Su cara se me figura toda ella redonda adquiriendo, poco a poco, forma de peseta y llegado un momento, no sé ya quién es quien. Sí, amigos míos, he conocido gentes que se dedicaban al arte y a pesar de no tener euros, esos insolventes, seguían teniendo esa cara.

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