miércoles, 26 de mayo de 2010

-Sobre la Televisión-


Hay críticas de arte, de literatura, de música, de teatro, fútbol, cine… pero las críticas de televisión son inexistentes.

Es curioso comprobar cómo una empresa como la televisión, que funciona al día, tan largo espacio de tiempo, con programas que son de audiencia y vivencia popular y masiva, no tengan críticos de televisión.

Si la radio no hace crítica de TV, los diarios tampoco, tal vez en una competencia sin igual, para comprobar quién se hace mejor el sordo y el ciego. Como mucho, los periódicos se limitan a exponer los programas diarios, pequeña columna en letra pequeña, dedicada a 12 horas de programación. Y no piense el lector que, si los diarios dedican este espacio, es por informar, este espacio es dedicado a la TV tan sólo por número de ventas que ello les reporta.

La radio habla de todo, de ministros, de presidentes, de reyes, faraones, mariscales, emperadores, gobernantes, economías internacionales, habla de todo menos de TV.

Claro que también nadie hace crítica de la prensa y, mucho menos, crítica de la radio. Probablemente, por la firme y arraigada creencia de que los medios de comunicación siempre dicen la verdad de las cosas.

La democracia política de este país, está intentando mejorar la imagen que en el período del General Franco se tenía de los medios de comunicación. Frases como: “No dicen más que mentiras” “Si contaron toda la verdad”, “Sólo dicen aquello que les interesa”…

Parece como si llegasen a un común acuerdo de no hablar de ellos mismos ni para bien ni para mal.

En Nuevas Tentativas escribí sobre la TV. Sí, le dedicaré un espacio que no será, precisamente, para la lista de programación. Haremos crítica de películas, dejando a un lado las estrellitas de Muy Bueno, Super Bueno, Excelente y Mala, porque la mayoría de las veces lo que los diarios califican de Excelente, no pasan de ser un auténtico bodrio.

Pero también escribirá de otros programas, programas que a pesar de estar emitidos en el gobierno democrático, en nada o en muy poco han variado de los programas de épocas anteriores.

A todo se llegará, y de todo escribiré, y no vayamos a creer que no hay de qué hablar, hay y mucho, ya desvelaremos la ideología de algunos programas y de ciertas películas también. Analizaré el lenguaje de las noticias y la manera de informar, previniendo con ello de ciertos engaños, de ciertas descaradas sutilezas de nuestros informativos y de nuestra sagrada, intocable y virginal TV.

A lo mejor resulta que no es tan sagrada ni tan virginal como se piensa.

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