viernes, 25 de marzo de 2011

-La Misma Intención-


Las sociedades tienen su origen en dos cimientos totalmente diferentes, uno en la cooperación obligatoria, que no es otra cosa que la extensión de la fuerza, otro basado en la cooperación voluntaria, que no es otra cosa que el apoyo mutuo. La primera de ellas engendrará gobiernos conservadores, la segunda gobiernos liberales. Una se caracterizará por dictar leyes que fortalezcan al estado, debilitando a la sociedad y anulando a los individuos que la componen. La otra se opondrá dictando las mínimas leyes posibles, fortaleciendo a la sociedad y sus individuos. Una es militarista y conservadora, la otra industrial y liberal. Los gobernantes liberales, por utilizar un término general, intentaban refrenar las ansias de control que por medio de las leyes realizaban los gobernantes conservadores.

Desde la revolución francesa (1789) se han extendido los términos derecha e izquierda, correspondiendo la derecha a los conservadores y la izquierda a los liberales. Estas denominaciones tan simples venían porque unos se situaban en los asientos de la derecha y otros en los asientos a la izquierda.

Si los conservadores o las derechas modernas deseaban reglamentar los más posible la vida, los liberales o las izquierdas modernas no se han quedado atrás en el mismo deseo. Unos y otros dictan leyes como chorizos fabrica una empresa de embutidos. En lugar de diferenciarse tratan de parecerse unos a los otros, recordándome esta actitud, al final de la novela Rebelión en la Granja, de Orwell, cuando los animales ven a los granjeros parlamentar con sus dirigentes animales, y a todos los interlocutores parlamentarios les ven caras de cerdos, no sabiendo distinguir quienes era unos y quienes los otros.

Los gobiernos de izquierdas han hecho leyes limitando la permisibilidad del individuo tanto como los gobiernos de derechas, han dictado leyes anti-toros, leyes anti-tabaco, leyes anti-alcohol, leyes prohibiendo la velocidad estipulada en autopista y bajando diez kilómetros menos a la hora, leyes prohibiendo escupir en la calle, arrojar papeles, colillas, leyes prohibiendo cantar, leyes prohibiendo manifestarte, prohibiendo orinar en las calles aunque no existan aseos públicos.

El estado por medio de sus gobernantes conservadores-derechas, liberales-izquierdas, ha limitado coercitivamente al individuo como nunca hasta ahora lo había hecho, a cambio dicen proporcionar orden con las fuerzas de seguridad del estado, fuerzas que son pagadas por los individuos con sus abusivos impuestos.

Afirman también que proporcionan asistencia sanitaria, asistencia que es pagada y financiada por los propios individuos con sus abusivos impuestos.

Afirman proporcionar enseñanza gratuita, enseñanza con la que adoctrinan al ciudadano como más al estado le conviene y que además es pagada y financiada por los individuos con sus abusivos impuestos.

¿Qué proporciona el estado y sus gobernantes al individuo? Nada, absolutamente nada, que con anterioridad éste no le haya pagado con creces. Sin mencionar que si realiza una expropiación de su tierra o de su vivienda, en beneficio dicen, de la sociedad, cuando en realidad es para empresas privadas como embalses, autopistas etc. Se les abona un dinero irrisorio que en nada palía los perjuicios ocasionados.

Debe tenerse presente que el individuo no es poseedor real, absolutamente de nada. El dinero no es suyo, es propiedad del estado, la tierra o su casa no es realmente suya, son propiedad del estado, el individuo únicamente es arrendatario. El gobierno en nombre del estado puede expropiar todo aquello que deseé incluyendo la vida de los individuos, ya que estos son súbditos del estado. Y si el gobierno dice la sagrada frase “Razón de estado” hace lo que quiere y deshace lo que desea.

TRESCIENTOS EUROS DE MULTA ME PUSIERON
EN LA CIUDAD, POR MEAR,
SI LLEGO A INTENTAR CAGAR,
NO HAY PAPEL DE ESTADO
CON QUE PODER INGRESAR

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