lunes, 7 de marzo de 2011

-La Oculta Intención-


Fumar satisface todos los sentidos, el sabor por el gusto, el aroma por el olfato, el tacto por su tenencia en los dedos y labios, el humo se satisface por la vista, el del oído por ese ligero sonido al expulsar el humo.

Al igual que algunos artistas proclaman la escultura como el arte más perfecto porque al ser un bulto redondo, puede admirarse desde todos los ángulos, pudiendo además tocarse satisfaciendo el tacto, proclaman estos artistas desde Leonardo da Vinci, la superioridad de la escultura sobre la arquitectura, la pintura, la música. También puede proclamarse que fumar es el placer perfecto. Oscar Wilde lo afirmó con su dandística pose de romántico inglés, “fumar un cigarrillo es el placer perfecto, satisface sin saturar, dejando un regustillo deseante de un próximo cigarrillo”.

Sigmun Freud buen fumador de cigarros puros, que en portugués se llaman xarutos y su auténtico nombre Habanos indica su procedencia de auténtico cigarro Puro de la Habana. El padre del psicoanálisis explicando una de sus lecciones sobre las formas fálicas, jugaba con sus dedos con el cigarro mientras hablaba, sus alumnos hicieron una inteligente y rápida relación. Freud al darse cuenta del hecho dijo –señores, a veces un cigarro, es solamente un cigarro-.

Fumar Habanos o cigarrillos ha sido de siempre patrimonio del hombre, excepcionalmente de alguna mujer que deseando adquirir algunas permisibilidades del sexo opuesto, lo imitaba fumando. Es algo así como cuando un niño se disfraza de superman creyendo que así podrá volar.

A mediados del siglo XX un pariente de Freud, asalariado por empresas tabaqueras publicitarias, en un multitudinario desfile celebrado en los Estados Unidos, colocó estratégicamente en el palco principal a jóvenes señoritas pertenecientes a la sociedad más adinerada con cigarrillos entre sus dedos.

Las fotografías de los periódicos, revistas y otros medios de comunicación dieron amplio vuelo a la noticia, convirtiendo a la mujer fumadora, en mujer libre, orgullosa de ser mujer, emprendedora y segura de si misma.

A que viene todo lo escrito, ahora mismo satisfaré su curiosidad. Si el fumar es un placer completo, si el fumar satisface todos los sentidos, si el fumar es una trasferencia objetal del atributo sexual masculino, y como consecuencia afemina al hombre y viriliza a la mujer al hacerse más agresivamente emprendedora, las relaciones sexuales han descendido hasta mínimos inimaginables, descendiendo las tasas de natalidad a limites alarmantes a pesar de los incentivos económicos estatales, que como se comprobó no surtieron efecto alguno.

Una ministra de sanidad, maquiavélicamente ideó una ley de prohibir fumar en lugares públicos.

Con un objeto sexual sin serlo, penso, jugando entre los dedos y llévarlo a los labios y succionarlo, extrae demasiada energía que no se recupera jamás.

El que quiera fumar que lo haga fuera del local, al hacerlo tanto hombres como mujeres, jóvenes y maduras rompen el hielo de no saber como dirigirse uno al otro en el local pero fuera se sienten del mismo grupo de delincuentes, de la misma banda antisistema, de la misma tribu que busca la liberación.

Así de fácil entablan conversación, ligan, uno lleva a lo otro, lo otro lleva la cama y el índice de natalidad aumenta.

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